LA VIDA ES UNA CHUNGUINADA
Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En Filosofía
La vida es una Chunguinada, una mofa, una burla, un sazonar necesario para que la existencia de cada uno sea afable, iconoclasta y a la vez formal; somos representaciones de comediante elegante que tiene dos estrados, ser espectador o danzante, mayordomo o ayudante, chuto o cohetero, pasmado o cocinero; así como en la fiesta de la Chunguinada uno tiene que moverse al compás de la orquesta , en la vida tienes que deslizarte al compás del ritmo capitalista, socialista o de tercera vía que escojas, solo el chuto se da el lujo de romper el orden, la disciplina, aunque al final sea uno más que entretiene la corrida de pasos, porque a la gente no le interesa lo que hace el individuo sino como baila el grupo.
¿Quién no vive una SENTADA?, un espacio de encuentro con los que ya no veías y con quienes después de años no reconocías, la Sentada es eso, beber para charlar, comer para reconocerse, pactar para mejorar la fiesta, recibir consejo para ser mejor, carcajear seriamente, y disimular por momentos la ironía que muestra el encuentro con los deseados y los indeseables.
Para cuando se llega a elaborar la CHICHA, esta salga bien, fruto de la cordialidad y la reconciliación, la buena Chicha es producto de eso, de hacer las paces con quienes uno burlo o desencanto, la buena fiesta se ve en la buena Chicha, donde todos bailan mostrando paz y decencia, donde todos mueven el cilindro de Chicha con ganas de que la Jora, la fruta, combinen bien; como la vida misma que con alegrías y tristezas mezcle perfecto para disfrutar y a la vez sufrir.
Casi todos tenemos una fe, sea religiosa o protestante, sea asertiva o emocionante, casi todos vemos en la cruz una especie de esperanza falsificado por el agnosticismo y burlada por el materialismo, el ser humano necesita fe, una cruz que cargar, unas penas que llorar, unos pecados que disculparse, primero el sufrir, después el gozar, el lamento es prioritario y largo, el gozo es efímero y corto, por eso la BAJADA DE CRUCES es mingitorio.
Cuando el ser humano ha pasado años, y ha llegado a la adultez y en algunos casos a la vejez, comprende que siempre en el vivir, se tiene que hacer PISHTAPACUY, una matanza para seguir sobreviviendo, una sacrificio necesario de lo que posees, es la renuncia a hechos, cosas, objetos, animales; que te son necesarias quitarlas para seguir siendo, matar para vivir, muestra el lado salvaje, visceral e ignoto del ser.
Si hubo maná para los errantes en el desierto de Moisés, tiene que haber MASEJO para los errantes de la Chunguinada, cada uno hace su pan así como su profesión, cada uno hace su masejo como cada uno hace su vida, uno elige la forma, le técnica, el tamaño y el grosor, el masejo es eso, hacer cada uno su vida y al final mostrarse tal como desea uno y no como los demás te lo exijan.
¿Y todo eso para qué?, para hacer de la VERBENA una expectativa popular, un reencuentro de todas las sociedades y suciedades, una pre fiesta para encender los ánimos, encender los Castillos de orgullo y creerse por momentos de una noche que sos el mandante, el gobernante, el que pone la canción y baila la estrofa, el coro del Huayno diciendo a la orquesta que toca y que ensalza, al final es tu plata y con eso haces lo que quieras.
La vida es una Chunguinada y el DÍA CENTRAL muestra eso, pomposidad, impacto, coreografía, disfraz, chunguino, chunguina, chutos, coheteros, mayordomos, pasmantes y entrantes; todos somos Chunguinos, un espectáculo, una mofa, un chiste, que genera sonrisa, risa y carcajada, pero a la vez, forma de vida, estilo de existencia, como decía, la vida es una chunguinada que ha de bailarse, tomarse y luego quedar como lindo recuerdo cada mes de mayo en el Cerro de Pasco.